Primer trasplante de riñón y páncreas de un donante en parada cardiorrespiratoria
Es la primera vez en Francia que se realiza un trasplante combinado de riñón y páncreas tras la extracción de los órganos después de una parada cardiorrespiratoria. El Dr. Julien Branchereau, cirujano urológico del Hospital Universitario de Nantes, realizó la operación a un paciente diabético de 36 años cuyo pronóstico era grave.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes mellitus de tipo 1 es una enfermedad crónica caracterizada por niveles anormalmente altos de azúcar en sangre (hiperglucemia).
Tras ingerir alimentos azucarados, los niveles de azúcar en sangre aumentan y el páncreas segrega insulina, que permite que los azúcares entren en las células del organismo. En el caso de los diabéticos, un defecto del páncreas provoca una producción insuficiente de insulina y niveles irregulares de azúcar en sangre. El páncreas deja de cumplir su función, por lo que se utilizan inyecciones de insulina para regular los niveles de azúcar en sangre.
Si la diabetes está mal controlada, pueden surgir complicaciones importantes (comas hipo o hiperglucémicos, daños en los nervios, riñones, corazón, arterias, etc.). El trasplante de páncreas es el mejor tratamiento para la diabetes muy desequilibrada.
¿Cuál es la situación actual?
Los trasplantes de órganos suelen realizarse en personas con muerte cerebral, es decir, cuando el cerebro ya no funciona pero el corazón sigue latiendo. En esta situación, los órganos siguen recibiendo sangre y oxígeno, lo que los mantiene en buenas condiciones para el trasplante.
Sin embargo, cuando alguien muere tras una parada cardiaca, los órganos dejan de recibir sangre y ya no pueden utilizarse para trasplantes, a menos que se actúe muy rápidamente tras el fallecimiento o se desarrolle un nuevo método de conservación.
El Hospital Universitario de Nantes está a la vanguardia.
El CHU desempeña un papel pionero en Francia al adoptar una nueva técnica aprobada por la Agence de la biomédecine. Se trata de mantener la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno en una parte del cuerpo del fallecido, fuera del organismo, con el fin de preservar los órganos para el trasplante. Este método restablece el suministro de sangre y oxígeno a los órganos que se han visto privados de estos elementos tras el paro cardíaco del donante. Este método se utiliza sobre todo para los riñones.
¡Una victoria total!
Para esta gran primicia, el paciente receptor, de 36 años, contó con la ayuda de no menos de treinta personas. Reanimadores, coordinadores, anestesistas, especialistas en nefrología (riñón) y enfermeras trabajaron en torno al joven paciente. Ya no necesita insulina ni diálisis. Por supuesto, tendrá que seguir un tratamiento antirrechazo, pero nada comparado con el sufrimiento que padeció, y Julien Branchereau añade: "puede llevar una vida normal e incluso comer azúcar″.
En las botas de los grandes
Julien Branchereau sitúa su trabajo en la historia médica de Nantes. Sigue los pasos abiertos en 1986 por Diego Cantarovitch, que contribuyó a la creación de un programa de trasplante de páncreas en Nantes en 1987 con Jacques Paineau. Desde entonces, el equipo de Nantes se ha convertido en uno de los líderes mundiales en este campo específico, realizando unos 20 trasplantes de páncreas al año. También cita a Georges Karam, que dirigió el proyecto durante 25 años, y a Gilles Blancho, director del Instituto de Trasplantes Urología-Neurología de Nantes. Cerca de 650 pacientes han recibido trasplantes de páncreas y más de 6.000 trasplantes de riñón.
Falta de donantes
Para realizar este trasplante se necesita un donante cuyo cerebro ya no funcione, lo que se conoce como donante en muerte cerebral. Sin embargo, cada vez es más difícil encontrar este tipo de donantes, lo que supone un reto para los médicos. Desde 2014, el Dr. Julien Branchereau (también investigador de la Unidad 10 64 del INSERM y de la Universidad de Oxford), e investigadores médicos del Hospital Universitario de Nantes trabajan en una nueva idea para resolver este problema.
Una de las dificultades reside en el contexto del trasplante, ya que el páncreas es especialmente sensible a la ausencia de circulación sanguínea, lo que se conoce como isquemia. En otras palabras, el páncreas empieza a degradarse por falta de oxígeno y acaba dañándose.
Tras unas pruebas de laboratorio, el 22 de abril de 2021 el Dr. Branchereau realizó con éxito el primer trasplante combinado de riñón y páncreas de Francia, procedente de un donante en parada cardiaca. Tras este éxito, el Hospital Universitario de Nantes realizó un segundo trasplante de este tipo. El Dr. Branchereau espera seguir en esta línea, ya que muchas personas esperan un donante para estos trasplantes. Sin embargo, señala que el número de donaciones de órganos está disminuyendo. También observa una falta de entusiasmo del público por la idea. Señala que, aunque es imposible donar un páncreas, es perfectamente posible seguir vivo tras donar un riñón a un hermano o hermana, por ejemplo.
En conclusión, es innegable que la donación de órganos salva vidas y ofrece un rayo de esperanza a quienes esperan un trasplante. Los avances médicos, como las técnicas de preservación desarrolladas por el Hospital Universitario de Nantes, están abriendo nuevas oportunidades para realizar trasplantes con éxito, incluso en situaciones complejas.
Al considerar la donación de órganos, todos podemos marcar una diferencia notable. Esta sencilla decisión puede ofrecer una oportunidad de vida a quienes la necesitan y aportar esperanza a muchas personas.