Barbanegra

Rédigé le 25/10/2023
Jujue LV


Barbanegra, también conocido como Edward Teach, fue un famoso pirata inglés que operó en el Caribe y el Atlántico durante una carrera sorprendentemente corta, de apenas 15 meses.
Conocido por su larga barba negra atada con cintas, sus mechones encendidos bajo el sombrero y sus numerosas pistolas, su nombre, su reputación y su aspecto estaban meticulosamente calculados para inspirar un terror atroz a sus víctimas. Con este aspecto y moviéndose al amparo del humo, daba la impresión de ser un ser sobrenatural.
Se le presentaba como un hombre sin moral ni escrúpulos, tanto hacia sus víctimas inocentes como hacia sus propias tripulaciones. Además de su reputación de temible pirata, Barbanegra era también un maestro de la manipulación y la psicología. Era conocido por utilizar trucos y subterfugios para intimidar a sus oponentes y demostrarles que no temía a la muerte.
Teach nació en Bristol (Inglaterra) en 1680. Antes de dedicarse a la piratería, Edward Teach fue marinero de la Marina Real durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) y pasó sus primeros años en el mar asaltando barcos franceses y españoles en aguas jamaicanas. Su temprana experiencia como marino y corsario le permitió desarrollar habilidades de navegación y combate naval que fueron esenciales para su futura carrera como pirata.



En septiembre de 1717, Teach unió fuerzas con el pirata británico Benjamin Hornigold, que operaba desde las Bahamas. Hornigold ya era un pirata establecido y respetado, y es probable que se sintiera atraído por las oportunidades y riquezas que ofrecía la piratería.
Teach se unió al pirata británico Benjamin Hornigold como miembro de su tripulación. Luego como capitán en las Bahamas. Su base, como la de muchos otros piratas, era la isla de Nueva Providencia. Los dos hombres, cada uno al mando de un barco, atacaron buques en el Caribe y frente a las costas de Norteamérica. Teach se hizo rápidamente un nombre por sus audaces capturas y sus innovadores métodos piráticos...



En noviembre de 1717, Teach se apoderó del Concorde, un barco francés con destino a Martinica cargado de oro, monedas y piedras preciosas procedentes de puestos comerciales en África. Lo rebautizó como Queen Anne's Revenge, un temible navío armado con 40 cañones. El capitán pirata atrajo a muchos hombres para que se unieran a su tripulación, y a principios de 1718 se calcula que mandaba entre 300 y 400 hombres.
Edward Teach siguió prosperando en el mar, en particular capturando el Revenge, el barco perteneciente a Stede Bonnet, otro pirata británico. Con esta nueva adquisición y otras dos capturas, Barbanegra comandaba ahora una flota de cuatro barcos, lo que le permitía elevar sus ambiciones a capturas aún mayores.



La disciplina era rigurosa a bordo de su barco, y su bandera Jolly Roger era un testimonio de su crueldad. El esqueleto sosteniendo un reloj de arena en una mano y una lanza apuntando a un corazón sangrante era una clara advertencia a todos los que se encontraban a bordo de los barcos: su tiempo se acababa, y resistirse significaba una muerte segura.



Sin embargo, en mayo de 1718, mientras navegaba por los bajíos de la ensenada de Beaufort rumbo a Carolina del Norte, el Queen Anne's Revenge y otro barco encallaron en un banco de arena. Aunque el Queen Anne's Revenge acabó hundido, Teach sobrevivió y el gobernador Charles Eden le concedió el indulto. Vendió el cargamento que había capturado y se estableció en la isla de Ocracoke, donde se casó con la hija de 16 años del propietario de una plantación.



Sin embargo, su periodo de relativa calma no duró mucho. En noviembre de 1718, el gobernador de Virginia, Alexander Spotswood, decidido a acabar con la piratería, encargó al teniente Robert Maynard la captura del pirata Edward Teach, vivo o muerto. En la isla de Ocracoke estalló una feroz batalla entre los dos hombres. Teach resultó herido varias veces, pero siguió luchando con una valentía sin igual. Al final, fueron necesarios cinco disparos de pistola y 20 golpes de espada para que cayera; el último golpe decapitador lo asestó un marinero escocés que estaba detrás de él.
La cabeza de Teach fue colgada en la proa del barco de Maynard, una macabra exhibición destinada a disuadir a otros piratas. Aunque no hay pruebas concretas de que Teach enterrara ningún inmenso tesoro, su reputación de pirata cruel y despiadado le ha convertido en una leyenda de la piratería. Permanece en el imaginario colectivo como el arquetipo del pirata loco y malvado que aterrorizaba en alta mar.